sábado, 22 de octubre de 2016

Como normalmente tienen poco que decir...


El filósofo William Leibnitz acudía con frecuencia a la universidad para sostener apasionados y polémicos debates con estudiantes y profesores, siempre en latín.
Durante algunas de sus últimas comparecencias, Leibnitz observó que un zapatero de su barrio acudía regularmente como oyente.
Un día su curiosidad le llevó a preguntarle si conocía el suficiente latín como para seguir el hilo de aquellas grandes discusiones culturales.
No, contestó el zapatero, de latín no sé nada, ni pienso aprenderlo. Yo sólo vengo a ver cómo discuten ustedes.
Pero, si no sabe latín, ¿cómo puede saber quién tiene razón en las discusiones?, preguntó el filósofo muy extrañado.
Eso es muy sencillo, respondió el zapatero, cuando oigo que alguien grita mucho sé con seguridad que no tiene razón.
Este breve relato nos puede dar alguna pauta sobre los múltiples debates políticos que actualmente son noticia. Muy comentado el enfrentamiento subido de tono entre Hillary Clinton y Donald Trump, también es de aplicación estudiar el nivel de enfrentamiento en otros escenarios.
El Comité Federal del PSOE fue un claro ejemplo, que acabó como el rosario de la aurora. Y el Congreso Federal puede ser incluso más animado.
Como dijo Noel Clarasó: “Muchos gritan y discuten hasta que el otra calla. Creen que le han convencido. Y se equivocan siempre” ...
Y Enrique Jardiel Poncela: “Todos los hombres que no tienen nada importante que decir hablan a gritos” ...


Mark de Zabaleta

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